Si te hartaste de las pequeñas raciones que los lugares lindos y de moda ofrecen a la hora de “la verdad” o de los platos , hoy te presentamos algunas propuestas para que tu salida sea rendidora tanto en precio como en cantidad. Por eso, no te pierdas de conocer ninguno de estos restaurantes donde la generosidad es la norma: una buena noticia tanto para el cuerpo como para el bolsillo.
Si en tus salidas gastronómicas te quedás siempre con ganas de comer algo más y el menú se agota a los pocos minutos de llegar a tu mesa, en buenahora ha llegado esta nota a tus manos. La propuesta de restaurantes que te acercamos hoy, tiene todo que ver con la verdadera generosidad y la abundancia a la hora de “la verdad” o cuando el plato llega a la mesa. La idea , es que se esboce una sonrisa en tu rostro , dado que al visitar estos lugares no vas a quedar decepcionado.
Aquí va una lista de restaurantes, un tanto caprichosa y random para aquellos que busquen, al mismo tiempo , platos que tengan algo de novedad y por supuesto, la necesaria suculencia que el apetito requiere.
1. Restaurante Fuegos./ Primera Junta 999 – San Isidro.
En esta parrilla de estilo vanguardista, los seguidores del chef Luciano Luchetti, el alma mater de Locos x el Asado, no van a quedar decepcionados. El menú hace honor a la verdadera tradición en materia de carnes argentinas pero en el marco de un restaurante con estilo moderno y más vanguardista. El lugar tiene una lindísima barra con efectos de iluminación que invitan a sosegar el espíritu y a quedarse disfrutando del entorno un buen rato. Con mesas grandes y bien amplias para la comodidad de los grupos de amigos y las familias, se puede disfrutar a lo grande y compartir las porciones bien abundantes que van desde la entraña, el vacío, el matambre de cerdo a la pizza y a las milanesas en todas sus formas y variedades. Lo que se pida aquí,alcanza y sobra para unos tres comensales.
2. Sarkis o la magia de la cocina armenia. Thames 1101/ Villa Crespo.
Esta opción trae la abundancia y el sabor delicioso de una de las mejores propuestas de la gastronomía armenia de Buenos Aires. El éxito que ha logrado construir la familia Kabatián en base a recetas tradicionales de su tierra natal , hace que la gente tenga esa dosis extra de paciencia a la hora de la espera por una mesa,dado que el lugar no maneja reservas. Lo cierto es que el comensal, verá ese tiempo ampliamente recompensado dado que la abundancia y el sabor de todo lo que podrá probar, lo harán salir rebosante de felicidad.
Si bien la carta ofrece un menú armenio de estilo bien tradicional, el restaurante ha sumado recientemente, opciones para veganos y sin tacc. Los platos, que rebozan en suculencia y sabor, van desde el Mante hasta el keppe. En lo relativo a sus postres,el imperdible absoluto es la copa Sarkis, -una montaña rusa en sabor-. Todo en este lugar, se elabora en el momento, por eso la cocina merece un aplauso sostenido que aquí se agradece con la paciencia en caso de espera.
3. Las Violetas, una confitería histórica de los tiempos de la Belle Époque/ Av Rivadavia 3899. Almagro.
Cuando la ciudad de Buenos Aires , de ser una simple aldea se transformaba en una metrópolis pujante, allá por 1884, abrió este salón de amplias dimensiones y encandiló a la ciudad con sus arañas doradas, vitrales franceses y mármoles esplendorosos. Llegados en carretas y tranvías, desde aquel histórico día por esta confitería no cesó de circular gente para disfrutar de cada una de las delicias dulces, ni pararon las tertulias ni las celebraciones en torno a estas mesas . Por este enclave histórico de la calle Rivadavia, pasaron desde el escritor Roberto Arlt hasta la instagramer famosa La Chica del Brunch. Aquí , como antaño, todos son y serán siempre bienvenidos y quien ponga un pie en esta confitería, no dudará en volver una y otra vez , no solo por el lugar – que es bellísimo y un pasaporte directo a lo más auténtico de la Belle Époque- sino por lo abundante de cada delicia dulce o salada que llega a la mesa y que deja al cliente más que satisfecho
En este bar que ha merecido la distinción de Notable, se puede comer de todo: carnes y pastas, pero lo más interesante para vivir aquí es la hora del té. Un viaje que nos remonta en el tiempo a los años de nuestras abuelas y bices, tanto en la vajilla como en la fidelidad de las masas y tortas, semejante a las delicias originales de Doña Petrona. Sin dudas, una experiencia para agendar para disfrutar de lo dulce sin culpa ni medida.