Hoy te invitamos a descubrir la génesis de una de las palabras que utilizamos a diario en el mundo de la gastronomía y que esconde una historia apasionante. Un hilo invisible que une a un conde, políticos y emperadores en un vocablo que marcó a fuego la historia culinaria de la cultura universal.
El origen de la palabra Sandwich
El sándwich (del inglés sandwich) , que entró a formar parte de la Real Academia Española en 1927, es también en latinoamérica el loado sánguche, sangüiche , emparedado , refuerzo o refuercito. Esta popular – universal- y típica comida , suele consistir en dos rebanadas (finas o pulposas) de pan de molde inglés, o de cualquier tipo de panificación, entre las cuales se colocan otros alimentos a gusto tales como fetas de carne, queso , verduras y diferentes salsas para realzar el sabor de los ingredientes.
Una preparación que puede escalar de un tramo , las cumbres del sabor y la delicia, y ser llevada a otro nivel según el talento de quien lo arme. Pero lo cierto, es que en el planeta entero-sobre todo las amas de casa- aman este ícono universal porque sortea con estilo y sabor los embates del hambre, propio y ajeno, cuando se dispone de poco tiempo para una comida más contundente.
La primera referencia registrada de modo fehaciente del vocablo sándwich como un alimento frío inglés , data de 1762 y se encuentra en las páginas del diario del historiador inglés Edward Gibbon. Allí Gibbon, en un relato de las anécdotas del día, cuenta dejó de su puño y letra registrado el asombro que experimentó al ver a dos nobles acaudalados de sus pagos, comer un sándwich o fetas de carne fría entre dos panes en una cafetería , todo acompañado con ponche y una acalorada discusión de tono político.
¿Cuándo nació el sándwich?
El sándwich posee una historia que se remonta al siglo XVIII, con el inglés John Montagu, IV conde de Sandwich (n.1718-m.1792), aunque se cree que no fue él su inventor. Pero lo cierto es que la leyenda que ha llegado a nuestros días narra que a este noble le gustaba comer de esta forma- algo rápido y rico como una feta de carne entre 2 panes- porque de este modo comía sin distraerse ni detener su juego de cartas , que siempre lo atrapaba con pasión – y además , detalle no menor , sin ensuciarse los dedos.
Se cuenta que en 1762, el Conde Montagu pasó veinticuatro horas seguidas ante una mesa de juego en Aquisgrán (Alemania). Para calmar el hambre, se le ocurrió pedir a un criado un poco de carne entre dos rebanadas de pan. La idea repentina resultó todo un descubrimiento que con el tiempo se fue complejizando, variando y cobrando gran popularidad A este nuevo tentempié se le bautizó nombre de sándwich, en honor , por supuesto, al conde .
Pese al propósito original del conde de Sandwich que estilaba comer esta preparación con una sola mano, hoy en día algunos tipos de sándwich -por su volumen y altura- se deben comer con cubiertos o con ambas manos. Pero en algunos países, la norma dicta comerlos con cubiertos siempre y en toda circunstancia. Pese a su pronta circulación , no fue hasta el año 1840 que llegó la hora de ingresar formalmente a los registros oficiales de la gastronomía de los Estados Unidos. Esto ocurrió cuando la cocinera Elizabeth Leslie describió en su libro de cocina llamado Directions for Cookery, in its Various Branches/Directivas de Cocina es sus múltiples variantes , por primera vez la receta de un sándwich.
Una invención culinaria con origen disputado
La disputa por el certificado de origen del sándwich se debate desde entonces ,entre ingleses y alemanes. Aquisgrán es una bella ciudad alemana también conocida como Baños de Aquisgrán, ubicada en el distrito gubernamental de Colonia en la región de Renania del Norte-Westfalia. Aquisgrán fue la residencia favorita del emperador Carlomagno “el padre de Europa” y posteriormente se convirtió en el lugar donde se llevaron a cabo las coronaciones de los reyes alemanes. Ha sido y continúa siendo la ciudad alemana más occidental , próxima a la frontera con los Países Bajos y Bélgica.
Se cuenta que fue en Aquisgrán, donde el Conde de Sandwich se encontraba participando de las negociaciones de la Paz como miembro de la delegación que representaba a la Emperatriz María Teresa de Austria, cuando tuvo ocurrencia la anécdota que cuenta el origen del sándwich. Hasta allí, y para los ratos de ocio, el conde había llevado consigo su pasión por las cartas y en esos trámites se encontraba cuando -en una afiebrada partida que duró más de 24 horas – le llegó la inoportuna batalla del hambre y para no cortar el juego, le encargó a un criado que por favor le trajera pan con una feta de carne fría para calmar el ruido del hambre que le mordía las entrañas. Sea cierto o no,hasta el día de hoy en el ayuntamiento de esta ciudad alemana cuelga a modo de homenaje un retrato del Conde de Sandwich.