Desde hace 25 años, este restaurante y bar funciona en el enclave histórico jesuítico de la Manzana de las Luces con una propuesta inspirada en las pastas que elaboraba la “nonna” del fundador. Hoy , el nieto y bisnietos, ofrecen las recetas 100% italianas en el menú del restaurante, un clásico indiscutido dentro la gastronomía porteña.
Este restaurante es algo así como el templo de la cocina italiana en Buenos Aires. En este enclave histórico, fundado por los jesuitas en la época en que la ciudad contaba con mucho barro y un surtido de casas precarias, se esconde una little italy en materia de cocina y sabores originales. La Manzana de las Luces y su restaurante D’Oro, en marcha desde hace 25 años, han conjugado a la perfección la historia de la fe y de la buena pasta o, mejor dicho, las recetas de la querida “nonna” y la fe en la importancia de la tradición y en mantener vivos los sabores de la patria amada, Italia, en un “ristorante”.
Claudio D´Oro, junto a sus tres hijos: Leandro, Francesca y Florencia D’Oro, son los responsables de llevar adelante D´Oro Italian Bar, el templo porteño donde se elaboran las pastas y las recetas de tradición 100% familiar e italiana, con productos de primerísima calidad que despiertan entre el público una verdadera devoción. La esencia de la “vera pasta italiana” le fue dada a los integrantes del clan D’Oro através las cocinas de sus antepasados de Sicilia y Benevento , pero también, poseen su capítulo propio en la Argentina: en los tiempos cuando de niño, la abuela de Claudio le acercaba a su nieto el aroma y sabor de su Italia natal en un plato de tallarines con salsa filetto, amasados a mano durante largo rato y que luego Claudio, devoraba en pocos minutos.
Ubicado en Perú 159, en una zona emblemática de la ciudad, el restaurante D’Oro tiene una entrada modesta, casi un reflejo fiel del estilo austero de una orden religiosa. Pero lo esencial no escasea, la luz, es la protagonista indiscutida y domina el ingreso al lugar junto con una sobria y elegante vidriera de marquesina oscura. En el cristal y a un costado de ella, una placa reza “d´oro” en letras minúsculas y doradas, algo que a María Tomeo de Milone, la abuela adorada que crió a Claudio de pequeño, haría emocionar hasta las lágrimas. Unas letras doradas con el apellido familiar que no explican el largo derrotero que las trajo a figurar allí y que está hecho de desarraigo, una guerra, la esperanza y una larga travesía en barco todo ello, como un gran surtido de retazos de tiempos idos hilvanado con el hilo dorado de los sueños de progreso .
25 años de perpetuar los sabores de la Madre Italia
“Es algo realmente muy importante cumplir 25 años”, dice Claudio D´Oro. Un cuarto de siglo en gastronomía es algo que no sucede todos los días, no solo es muchísimo tiempo para un local sino que también, habla muy bien de la propuesta integral del restaurante. Ese es el secreto, justamente, la calidad, el cuidar los detalles, trabajar en armonía y ser fiel a la idea original: ofrecerle a la gente la oportunidad de probar el sabor de la auténtica pasta italiana en todas sus variedades más tradicionales” destaca Claudio
Sin embargo la gesta de D’Oro y su éxito no fue algo sencillo . En 2011, Claudio, quien se había formado como chef en Italia, la patria de la nonna, decidió dar el salto para convertirse en empresario gastronómico . Hizo las valijas, cruzó el Atlántico y desembarcó en Miami. “Fue una experiencia durísima, uno creyendo que en Italia ya había aprendido todo lo necesario y luego en los Estados Unidos, la realidad de caer en la cuenta de que sí sabía una parte muy importante, la esencia misma de la cocina italiana que aprendí de mi abuela y en mis años de formación , pero que me faltaba mucho por aprender en materia de gestión, marketing, administración, recursos humanos y todo lo que es necesario conocer para emprender , ahí creo que hice un máster” explica Claudio
Y agrega : “Al regresar a Buenos Aires, ya con más confianza, me lancé a darle vida al proyecto D´Oro y creé lo que se puede ver hoy y que nos ha hecho perdurar en el tiempo. En la actualidad, nuestro restaurante es “Famosi per la pasta” y por algunas cosas más, pero en líneas generales lo que se prueba y elabora en D´Oro es excelente: pasta seca, super fresca y de relleno abundante, prosciutto y mortadella 100% como la italiana, burrata, brie, pecorino o bocconcini, risotto,mucho aceite de oliva, vinos y el infaltable tiramisú”, cuenta Claudio en relación al secreto de su éxito.
Gastronomía 100 italiana con sabor gourmet
Entre los platos favoritos del público – que se distinguen por ser muy cuidados en cuanto a su armado, tanto o más que la trayectoria del lugar-, hay uno que permaneció inamovible durante los 25 años y ha sido tan pedido que nunca pudieron sacarlo de la carta : los Ravioli Di Vitelo (pasta rellena de lomo y fungi, acompañado con crema fresca y salsa de variedad de hongos o con salsa de reducción de vino tinto Malbec). Aquí, el menú es variado, amplio y nadie se va con el sabor a poco de los platos de lugares elegantes que sirven pequeñas cantidades. Aquí reina la abundancia en materia de sabor, tanto para los platos principales como para los postres.
Por ello, sin dudas, D’Oro es toda una experiencia gastronómica para apuntar y disfrutar de principio a fin con la sacralidad que merece un plato de pastas original venido de la mismísima cuna del sabor : Italia.
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