La Cabaña podría presumir de quienes han pasado por sus mesas desde su apertura en 1935 . Sin embargo , lo hace del sabor de sus carnes tradicionales, a las que hoy suma opciones sofisticadas que son tendencia, como piezas de raza Wagyu y cortes dry-aged .
Tiempo atrás en Buenos Aires, un taxista podía desconocer la exacta ubicación del Palacio San Martín o del Barolo, pero si el pasajero indicaba “La Cabaña” se dirigía sin titubear al restaurante parrilla ubicado en la zona de Congreso.
Unos días antes de la llegada de la primavera del año 35, un 14 de septiembre, Don Francisco Lapietra levantaba por primera vez la persiana de su restaurante de la Avenida Entre Ríos al 400. Un amplio salón de estilo normando para unas 450 personas con una planta alta para 60, comenzaban sin saberlo, a hacer historia.
Los comensales eran recibidos por dos grandes vacas embalsamadas de raza Hereford apostadas en el hall de entrada, algo que sorprendía y encantaba a los turistas como un imán . Además de tomarse infinitas fotos, procedían al cumplimiento de un ritual para la buena suerte que era vox populi en el lugar: debían tocarles sus largas y ásperas colas . Una vez en el salón, había una vidriera enorme de unos seis metros de largo donde colgaban de ganchos las medias reses . De Aberdeen Angus arriba, de raza Hereford en el medio y de Shorton abajo, de este modo, se podía elegir en el momento el corte de preferencia que paso siguiente se “tiraba”en la parrilla.
Una parrillada inigualable
El restaurante , con la alta calidad de sus materias primas y la excelente técnica de cocción a las brasas, pronto se convirtió en un suceso . Hasta La Cabaña llegaba una tupida afluencia de dos clases de clientes: aquellos que deseaban una cena familiar relajada y tranquila, y aquellos que concurrían luego de una noche de entretenimiento local. El ambiente agradable y el plato icónico del restaurante, el inigualable y “Delicioso Bife de Chorizo,” hacían que la gente eligiera una pronta visita al lugar una y otra vez.
En el libro de registro de visitas ilustres de la parrilla figuran algunas de las principales figuras del ámbito político y cultural del siglo XX. Desde Louis Armstrong, Madonna, Sophia Loren y Charlton Heston hasta Fidel Castro y Charles de Gaulle .
Tiempo después, la icónica parrilla fue adquirida por la cadena Orient Express y, finalmente, pasó a manos de capitales nacionales que la trasladaron al nuevo polo gastronómico de Puerto Madero. Ya instalada en este moderno y concurrido barrio de Buenos Aires , La Cabaña continuó siendo el sitio elegido por celebridades como Madonna , AC/DC y Julio Iglesias para degustar antes de irse del país, una de las cosas más características de la misma argentinidad: su exquisita carne vacuna.
Un menú tradicional y moderno
Para comenzar la experiencia en La Cabaña , se recibe al comensal con una empanada para degustación, un shot o pequeña porción de sopa del día y un spoon o bocado, creación exclusiva del chef. Para la entrada, el menú propone tres opciones que van desde el mix de achuras, palta con endivias crocantes y reducción de aceto balsámico , el tartare de tomates o el dúo de empanadas de carne Wagyu.
A la hora de elegir el plato principal, las protagonistas indiscutidas son las carnes asadas: el ojo de bife, bife de chorizo, asado tradicional y T-bone de la raza Angus. La propuesta más moderna de la casa presenta a el ojo de bife dry-aged . Aquí la carne es puesta a reposar en un ambiente con humedad y temperatura controladas durante 30 a 120 días según sea necesario para su maduración. Una vez transcurrido este tiempo, el corte aumenta su terneza y desarrolla unos aromas particulares que recuerdan a los de la península ibérica y los quesos curados.
También, la carta cuenta con un apartado especial donde detalla cortes de carne de buey de Kobe y piezas especiales de la raza vacuna japonesa Wagyu, como el ojo de bife, la tapa de cuadril, el asado y el bife de vacío. Para la guarnición se pueden solicitar preparaciones con papas, batatas y vegetales.
Los platos exclusivos de La Cabaña
El menú de La Cabaña tiene otro apartado especial especial que dice “Nuestra Cocina”, que presenta platos exclusivos de la casa como el medallón de lomo Eduardo VII, que se sirve acompañado de papas noisette y salsa demiglace de champignones, la hamburguesa de carne Wagyu(con bacon, rúcula, tomate confitado y provoleta dorada, en crujiente pan casero). También hay otras delicias: preparaciones con pescado, cerdo o pollo, además de variedades de pastas y risottos.
La carta finaliza con una selección de postres bien tradicionales: panqueques rellenos de dulce de leche, flan casero y un mix de chocolates con naranja y , como no podía faltar , el icónico Omelette Surprise.