Basta tan solo con tener en la cocina unos ingredientes simples y básicos tal como unas fetas de queso y jamón, pan rallado,harina, huevo y aceite para preparar uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía ibérica. Hoy te invitamos a conocer la curiosa historia que se esconde detrás del popular plato que lleva el nombre del santo patrón de España: San Jacobo.
Son muchos los platos que se cuentan dentro de la gastronomía tradicional española que es en extremo difícil que no le gusten a todos los paladares . Dentro de este selecto grupo, ocupa un lugar destacado el San Jacobo, uno de los más clásicos manjares dentro de la cultura culinaria del país .Este plato, de fuerte raigambre cultural tiene una historia curiosa y llena de encanto. Tan solo basta detenerse en su nombre, San Jacobo, para comenzar a desandar la génesis de su nacimiento que tiene mucho que ver con el santo patrono de España desde el año 1630, San Jacobo.
Este plato , tan nutritivo como sabroso, se caracteriza por la sencillez que presenta en todo su proceso de preparación y el bajo costo de los productos . Y, sobre todo, es un ejemplo concreto de que un plato delicioso puede también ser económico. El San Jacobo, con un surtido de elementos simples como el queso, unas fetas de jamón york, huevo, aceite y un poco de pan rallado, se convierten en una excelente propuesta para complementar la cena o el almuerzo, y es la mejor opción para aquellas personas que no disponen de mucho tiempo para prepararse o preparar a los suyos algo rico y sabroso .
Hay quienes afirman que al probar el San Jacobo lo han encontrado muy similar a la milanesa, pero lo cierto, es que para juzgar esta similitud hay que remontarse algunos años atrás pero no tantos, es decir al siglo XX, momento en que esta comida se hizo popular en España. Algunos investigadores culinarios ubican su origen en un giro o desvío de la receta original que es conocida en Suiza con el nombre de cordon bleu, de la cual nacieron también otros platos tradicionales como los famosos y renombrados escalopes vieneses. Sin embargo, la historia -o la versión más interesante que se tiene del origen San Jacobo- esconde detrás un condimento religioso.
Un placer gastronómico para agasajar el paladar de los peregrinos
En Europa, la tradición ancestral de agasajar a los peregrinos que se dan a la aventura de realizar el Camino de Santiago con una comida apetitosa y reconfortante, podría desmentir la versión que ubica su origen en tierras andaluzas. Según el historiador español, Iglesias del Castillo , esta comida era un homenaje común que se solía brindar a los viajeros que venían desde muy lejanas latitudes con el objetivo de reconfortar su cuerpo y alma. Con este hallazgo el historiador reflota la riquísima tradición culinaria en torno al Camino de Santiago y cómo un plato delicioso, se ha entretejido con la historia y la devoción de miles de peregrinos en el transcurso de los siglos.
Por ello, el Iglesias del Castillo resalta un valor un poco perdido en nuestro mundo contemporáneo pero muy importante en la edad media: la importancia de la hospitalidad. A la vez, invita a reconsiderar las profundas raíces culturales y geográficas que poseen ciertas tradiciones culinarias y que, con el discurrir de los tiempos, se han convertido en emblema dentro y fuera del territorio español.
Ingredientes para preparar un San Jacobo casero para 2 personas
- Jamón Cocido (4 fetas alargadas)
- Queso ( 4 fetas
- Huevos 1 o 2
- Harina
- Pan Rallado
- Sal
- Aceite de oliva
Los San Jacobos son una especie de libritos rellenos fritos que se pueden preparar con muy variados ingredientes, pero el más clásico es el de jamón y queso.
1) El primer paso es limpiar bien las fetas de jamón cocido de algún exceso de vetas de grasa. Luego, colocamos la feta de queso en uno de los lados de la feta de jamón y doblamos encima la otra mitad de la feta de jamón. En el lateral que queda abierto , cortamos para emparejar la forma y que quede el borde recto.
2) A continuación, pasamos cada librito o San Jacobo por ambos lados por la harina. Sacudimos un poco para retirar el exceso y pasamos el San Jacobo ahora, por el huevo. Por último, las empanamos con el pan rallado.
3) El último paso es freír los San Jacobos de jamón y queso. Ponemos una sartén a fuego bien fuerte con el aceite de oliva. Cuando el aceite toma temperatura, vamos friendo los San Jacobos por un minuto de cada lado hasta que queden bien doraditos.
