Conocer Turquía es adentrarse en una de las joyas más bonitas que bañan el Estrecho de Bósforo, un despliegue abundante e intenso de belleza natural ,arquitectónica y con una propuesta gastronómica colorida y de sabores únicos.
Turquía es un país que convoca sabores y paisajes nuevos y exóticos para la mirada y el paladar del viajero latinoamericano. Su vasto territorio, se extiende desde Europa oriental hasta el Asia occidental, y posee conexiones culturales múltiples y profundas con el antiguo imperio griego, persa, romano, otomano y bizantino.
La cosmopolita ciudad de Estambul, es un destino que ofrece propuestas gastronómicas y turísticas de lujo .Ubicada sobre el estrecho del Bósforo, esta ciudad se enorgullece de albergar la icónica basílica Santa Sofía con su elevada cúpula de inconfundibles minaretes que guarda valiosísimos mosaicos cristianos. También son relevantes a nivel cultural, la visita a la enorme mezquita Azul que data del siglo XVII y el palacio Topkapı, del año 1460 del medioevo , que fuera el hogar de magníficos sultanes turcos.
Los que sienten el entusiasmo y la inquietud de vivir experiencias de primera mano en este entorno tan fascinante, tan lleno de sabores nuevos y exquisitos, de aromas que cautivan, y desean hacerlo a puro lujo , pueden encontrar en la propuesta que ofrece el Hotel Stay Warehouse Alacati de Estambul, la conjunción perfecta entre la mejor gastronomía y el confort.
Gastronomía tradicional en un entorno de lujo
The Stay Warehouse Alacati ,es un hotel que impacta por su diseño arquitectónico y por la excelencia de su servicio VIP con el que es agasajado cada huésped. Originalmente, fue ideado para ser la vivienda familiar del productor de cine turco Muzaffer Yildirim pero luego se decidió cambiar el rumbo y optar por este emprendimiento turístico de lujo, cuya identidad es ser un establecimiento boutique con la sustentabilidad como pilar.
El restaurante del hotel se encuentra ubicado en medio de un entorno natural típico de las zonas rurales del país : un añejo y enorme olivar, donde el foco está puesto en ofrecer una propuesta gastronómica tradicional ,donde el pasado y el futuro de la gastronomía turca conviven en una propuesta renovada , armoniosa y apetecible.
A cargo del chef Osman Sezener, un experimentado cocinero que comenzó a formarse de niño asistiendo a su padre en la cocina, el restaurante acaba de ganar una estrella Michelin por el sabor, la presentación y la calidad de cada uno de sus platos elaborados con productos orgánicos de su propia huerta.
De la granja orgánica a la mesa
El distinguido restaurante adhiere a la nueva filosofía en gastronomía conocida como “Farm to table”, que se caracteriza por ser sustentable y tener cero desperdicio. Desde el restaurante, con esta elección, se esfuerzan por alentar a los pequeños productores agrícolas de la zona que les proveen de los elementos básicos que no pueden producir en la granja propia como es el aceite de oliva, por ejemplo, un material muy utilizado en todas las preparaciones del lugar.
.A los comensales les ofrecen platos únicos y deslumbrantes como los que componen su menú de 9 pasos que es una verdadera explosión de color y sabor. Un abanico de carnes que van desde los langostinos con salsa cítrica, cordero, pastas, carnes con hongos, y finaliza con delicias dulces como el postre con frutillas con toques excéntricos como la crema de albahaca y otras maravillas similares y exóticas.
La estrella del sabor turco la reservan para el final y se trata del Melón Dolma. Esta fruta junto con la manzana y el membrillo dolma fue en épocas de antaño una especialidad culinaria típica de los palacios compuesta por melón crudo relleno con arroz, carne, almendras y todo ello cocinado al horno.
En la Turquía actual se elaboran con gran éxito una amplia variedad de dolmas de sabores diversos y exóticos para el paladar latino. La lista es amplísima y no se podría detallar cada uno de los ingredientes que se utilizan para elaborar cada una de las Dolmas , siendo los más comunes las preparaciones a base de calabacín (“kabak”), tomate (“domates”), berenjena (“patlıcan”), calabaza (“balkabağı”), chile (“biber”), acelga (“pazı”), col (“lahana”) (blanca o roja) y mejillones (“midye”). Un dolma bien diferente y que cuenta con gran aceptación es el “ mumbar dolması” en el que se emplean las membranas de los intestinos de la oveja y se los rellena con una mezcla de arroz.
La experiencia cuesta para cada comensal , unos 110 euros sin bebida. Si se quieren sumar vinos, se deben sumar 92 euros adicionales que permiten el maridaje de los platos con 6 variedades de vinos. En su amplia carta de vinos locales y de todo el mundo se ofrecen, entre otros, espumantes argentinos de Chandon, tres Malbec argentinos (Terrazas de los Andes, Catena Zapata y Riccitelli Wines) y un Carmenere de Chile (Viña Montes).