En la churrería más cool de Palermo, el sabor clásico de los churros invita a ir más allá de lo imaginado : hay variedades no solo para los amantes de los clásicos dulces,rellenos y bañados en chocolate . Ahora en Juan Pedro Caballero se pueden probar nuevas combinaciones saladas que apuntan a recrear y expandir el sabor de un clásico que hoy es tendencia entre los porteños
El origen del churro – un placer indiscutido para los argentinos que combina a la perfección con un escenario de playas, olas y mate, y que se potencia aún más cuando baja el sol y el atardecer regala una postal veraniega- tiene un origen bastante disputado. Algunos sostienen que se remonta hasta la antigua China, donde los comerciantes portugueses conocieron el sabor de una tira de masa frita- el youtiao- que se servía como desayuno y que luego más tarde, en su país, recrearon transformándolo en dulce con el inconfundible agregado del azúcar.
Otra teoría sostiene que el origen de los churros proviene de la Madre Patria España, donde pastores nómadas que pasaban la mayor del año en las alturas de la Península Ibérica aprendieron a elaborar este dulce. De ahí nació el nombre del churro dado por las ovejas churras, una raza ovina originaria de Castilla y León, cuyos cuernos fueron inspiración para el nombre. Luego, la historia proseguiría su curso y dejaría que los conquistadores y más tarde los inmigrantes, cargaran en sus alforjas y en la memoria , la receta de este manjar dulce y lo expandieran por el Centro y Sur de América, donde cada país modificó a su gusto y con los ingredientes que se tenían más a mano , la receta original.
En España, los primeros locales de elaboración y venta de churros o “churrerías”, datan más acá en el tiempo , al siglo XIX y fijan a la provincia de Zaragoza como enclave certero . En aquella época, al parecer, los churros eran un manjar de elaboración artesanal muy popular en las fiestas del pueblo, tanto en las religiosas como en las civiles: celebraciones de casamientos, bautismos, cumpleaños y demás acontecimientos significativos para la gente rural más pobre.
El churro argento
Más allá de lo impreciso de su origen , en Argentina, tan solo 15 años atrás, si alguien hubiese pensado que existirían más tarde los churros salados, nadie hubiese pensado que tendrían éxito. Pero lo cierto, es que en materia del sabor y del gusto, por lo visto nada está dicho. Tan solo hay que tener en cuenta que el churro o la simple combinación de harina de trigo, agua y una pizca de sal, antes de ser el clásico de las meriendas playeras argentinas, tuvo que recorrer un largo camino como las peligrosas rutas asiáticas , las tierra áridas de todo el territorio español, cruzar el Atlántico en barco y pisar tierra firme para luego expandirse y transformarse.
En esos caminos y azares, la receta básica de los churros se topó con diversas gentes, su creatividad y sus gustos predominantes – por ejemplo no siempre fueron rellenos- y así, este alimento popular en casi todo el mundo , en sus diferentes variantes, fue ganando cada vez más terreno hasta convertirse en un imperdible de la panadería argentina . Los dos momentos más esperados para disfrutar un rico churro aquí, suelen ser cuando hace mucho calor o mucho frío : la ocasión perfecta puede ser en el invierno con un rico y reconfortante chocolate caliente o con el mate en la orilla del mar.
En Buenos Aires, en Palermo sobre la calle Thames al 1700 se encuentra Juan Pedro Caballero, la churrería que en materia de churros lo ha revolucionado todo. En pandemia , este local que también sumó la taquería a su oferta, ofrece los clásicos churros dulces pero con una vuelta original : por ejemplo se puede degustar un churro con sabor a postre Lemon pie o banana Split y en todos los casos, verdaderamente la rompe.
Juan Pedro Caballero, para la tentarse todo el año con churros gourmet
Pedro Peña, chef y uno de sus dueños explica : “Con Germán Sitzs, mi socio, vimos que en Buenos Aires la oferta de churros era muy convencional, y también que teníamos como necesidad revalidar las fábricas de churros que sentíamos que se estaban perdiendo. Por ello, en Juan Pedro Caballero fuimos más allá y fusionamos las típicas chucherías dulces con las españolas -más saladas-, e hicimos un mix entre las dos. Si bien, ofrecemos dos opciones saladas que gustan mucho, los dulces siempre son los que están en el podio del gusto local”, explica.
“En Juan Pedro Caballero , queríamos crear una variedad salada para que la gente pudiera disfrutar con otro clásico argentino : la cerveza . Por ello, en Juan Pedro Caballero se puede disfrutar de un plato de churros salados a los que sumamos puré de papas, queso rallado, ajo, perejil, pimienta negra molida y tomillo y los acompañamos con nuestra salsa Bier BBQ y por supuesto, todo regado con mucho queso cheddar fundido”, cuenta Peña.
La propuesta de Juan Pedro Caballero es un pasaporte a una experiencia gastronómica amplia, deliciosa y bien tentadora. Por eso, tan solo para embarcarse en ella, hay que encontrar el momento exacto para poder disfrutarla a pleno en un entorno excepcional y ameno: el corazón de Palermo en la calle Thames 1719. Es ideal para venir con amigos, en familia o solo/a, con o sin mar de fondo. No importa , la experiencia en cualquiera de los casos promete una exploción de sabor.
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