En Bariloche, la abundancia majestuosa del paisaje va de la mano con la de los sabores y combinaciones culinarias propias de la Patagonia. Aquí, los ingredientes autóctonos se conjugan a la perfección y dan como resultado manjares exquisitos que narran historias de inmigración y de raigambre autóctona. Hoy presentamos un breve detalle de aquellos platos y sabores que si o si tenés que probar a la hora de visitar esta ciudad.
San Carlos de Bariloche es una ciudad dotada de paisajes de gran belleza que invitan a realizar actividades al aire libre como son los deportes de nieve y al disfrute de la naturaleza pero también, resalta como destino turístico por su amplia propuesta gastronómica. En sus orígenes, Bariloche y sus áreas aledañas recibieron con fuerza la influencia de los aromas y sabores de las tradiciones culinarias europeas que llegaron con los inmigrantes a fines del siglo XIX y principios del XX. Así , las colonias suizas, alemanas, españolas e italianas aportaron los secretos más preciados de sus cocinas y con el tiempo se fueron fusionando con los sabores regionales de los pueblos originarios, que poseen tradiciones como es el caso del curanto, un plato que hoy es un clásico del poblado de Colonia Suiza, a tan solo 25km del centro de Bariloche.
Uno de los productos más característicos de la zona es la trucha. Esta especie abunda en los ríos y lagos patagónicos y, también ,se cría en establecimientos privados para procurar su sostenibilidad en la naturaleza. Por ello, se pueden degustar sin culpa, tanto frescas o fritas como en ahumados y siempre, acompañadas con variedades de salsas y diferentes tipos de guarniciones.
Las carnes también tienen gran protagonismo aquí, en el sur argentino,siendo la más elegida, el cordero. Este tipo de carne es la preferida ya sea en asados o guisos como también, en los rellenos de empanadas o pastas ya que queda muy sabrosa en todas sus variantes. Otros productos de gran calidad que en Bariloche se pueden encontrar en su versión ahumada son el ciervo, jabalí, salmón, salames y una amplia variedad de quesos.
Platos para degustar en la montaña
La cocina conocida como “de montaña”, como las fondues (de queso o de chocolate) o los guisos, cobran gran protagonismo en las temporadas invernales o en las noches de verano cuando asoman las bajas temperaturas. Este tipo de cocina se puede saborear en casi todos los restaurantes de la ciudad pero el bonus track , será de quienes se animen a caminar largos kilómetros hasta algún refugio de montaña para deleitarse con estos platos calientes y reconfortantes tanto para el cuerpo y el alma, acompañados de paisajes únicos entre los picos de cerros y los espejos de agua en las alturas.
Otro sabor distintivo de la región son los hongos de pino. Los grandes bosques de pino regalan en abundancia este producto que se posiciona como el gran valor agregado de todas las cocinas locales. Los hongos, que se utilizan en las preparaciones durante todo el año, son cosechados durante el otoño cuando comienzan a brotar de los suelos húmedos . Los chefs de la zona, impulsados por una auténtica pasión por los sabores regionales, salen a recolectarlos y luego realizan el debido proceso de secado y enfrascado para procurar la adecuada conservación de este producto natural. Con el paso de los meses, los hongos se irán convirtiendo en diferentes salsas, rellenos y serán protagonistas indiscutidos de muchos platos de sabores intensos y muy patagónicos.
El curanto patagónico
El curanto es un plato ancestral de origen araucano. La tradición cuenta que fue traído a esta región desde el vecino país de Chile por una de las familias más distinguidas de Bariloche: la familia Goye. El particular proceso de cocción del curanto se fue transformando con los años en un verdadero atractivo local, ya que conlleva una ceremonia legendaria.
El proceso se inicia con el cavado de un pozo en la tierra donde se disponen piedras calientes. Luego, debe ser tapado con grandes hojas de maqui o nalca, y se procede a distribuir los productos a cocinar sobre ellas y se lo vuelve a tapar con más hojas,tierra y telas húmedas . Este tipo de cocción es un espectáculo muy recomendable de ver y, por supuesto,de probar el resultado final. Los productos que se suelen cocinar con este método incluyen una gran variedad de verduras, cordero,carnes y pollo. Toda una experiencia , ver y probar el sabor que logra darle a los elementos este método tradicional de cocción utilizado por los pueblos originarios de Chiloé y la Patagonia chilena-argentina.
Para acompañar los platos, aquí en el sur , lo mejor es hacerlo con una buena cerveza artesanal y en la materia, la ciudad de Bariloche es experta . Aquí se elaboran desde hace casi cien años, una amplia variedad de cervezas de tipo artesanal. Por este motivo, y dado que la bebida ya se ha vuelto casi un objeto de culto en la región por su gran calidad, para celebrar esta tradición cada febrero se realiza el Festival de la Cerveza Artesanal. Durante este evento, las principales marcas promocionan sus productos y la ciudad se ve inmersa en un particular despliegue que incluye otros atractivos. La propuesta suma foodtrucks de distintos restaurantes de la ciudad y una nutrida agenda musical y artística que hacen de la ocasión, una instancia imperdible cada año.