Este plato que hunde sus raíces en la gastronomía del Viejo Continente, cuenta con una larga tradición en las cocinas de Bélgica y Suecia. Su gran versatilidad permite dotarlo de ingredientes tanto dulces como salados y lo posiciona como plato ideal para conquistar todos los paladares. Hoy , Guillermo Garat, especialista en gastronomía, te invita a conocer un poco más acerca del origen de las versiones más destacadas de esta delicia siempre vigente.
Para quien no lo sabía, cada 25 de marzo el mundo celebra el Día Mundial del Waffle. Este manjar , ideal para disfrutarse en cualquier momento del día, tanto sólo o acompañado,es una preparación que se adapta a la perfección a todos los gustos y ocasiones. Por ejemplo, si está soleado o lluvioso, tanto en invierno como en verano, el Waffle es siempre una opción tentadora , un 10 rotundo en la esfera del sabor tanto si se elige disfrutarlo con una bocha de helado y frutas o bien caliente relleno con jamón y queso , por mencionar algunas de las opciones más simples.
El día internacional del Waffle , inicialmente fue una fecha vinculada con la tradición culinaria de Bélgica pero su fuerza ha trascendido las fronteras y logró ser incluída en otros países. Es por eso que en Suecia, esta efeméride no solo rinde homenaje a la una destacada tradición culinaria en torno a este plato para el país, sino que también allí marca de modo simbólico el inicio de la primavera.
Cuenta la historia que ya en la Edad Media, esta delicia se cocinaba y se vendía en las calles de Bélgica. Durante ese período, los registros detallan que en las panaderías se horneaban waffles de tamaños portentosos, aunque no poseían el clásico formato de rejilla que hoy los identifica en todo el mundo. Al contrario de lo que podría pensarse, no eran lisos ni simples. Su preparación era todo un arte a la que los maestros pasteleros les dedicaban mucho tiempo. A la masa, estos expertos le aplicaban moldes grabados que tenían paisajes o escudos de los señores feudales de la región.Así, estas delicias se convertían en emblema de pueblos y localidades portando un sello particular y original de su lugar de procedencia. Por otro lado, en la Antigua Grecia, se tiene conocimiento de que eran elaborados unos Waffles salados que solían acompañarse de quesos frescos y un popurrí de hierbas.
El Waffle y las variedades destacadas de los tiempos modernos
Liège waffles (Bélgica). “Esta es una de las dos variedades que más gustan en su país de origen, Bélgica. Se elaboran con una masa bien espesa -muy similar a la del brioche- a la que los pasteleros endulzan con azúcar perlado. Con el horneado, el azúcar se derrite y le otorga a la masa un sabor caramelo tan único como delicioso. En la ciudad de Lieja, estos waffles suelen consumirse solos pero también hay versiones más completas que llevan azúcar glas, crema batida, chocolate y diversas frutas de estación.
Bergische Waffles (Alemania). Originarios de la región de Renania del Norte (Bergisches Land), estos waffles se caracterizan por ser muchos más crujientes y menos densos (no llevan tanta masa) que las versiones que se consumen en otros países. Aquí los suele hornear con forma de corazón y se sirven con crema batida y guindas.
Våfflor (Suecia). En Suecia, estos våfflor o waffles son un manjar tradicional y muy consumido desde el siglo XVII. Aunque en este país los elaboran sin levadura, esto les otorga una textura similar a la de los panqueques, pero así es el gusto local. Igualmente horneados con forma de corazón los presentan con crema batida, helado y mermelada.
Brussels Waffles (Bélgica). Esta variedad es un verdadero clásico belga, un waffle que se caracteriza por su masa esponjosa y ligera, que se hornea en un molde con el característico diseño cuadrado y rejilla que es tan popular en todo el mundo. Admite todo tipo de rellenos, salsas, dulces, frutos secos y helados.
Lacquemant wafel (Bélgica). Este waffle delgado se corta de forma horizontal apenas se retira de la wafflera y se rellena con un jarabe de azúcar o miel aromatizado con azahar. Es un manjar muy popular en las ferias de la ciudad de Lieja.
Gaufres à la flamande (Bélgica). Esta variedad de waffle, podría decirse que es la más austera. Se prepara con leche, huevos, sal , harina, levadura, mantequilla y azúcar avainillado. A diferencia de otros waffles, los gaufres à la flamande no llevan ningún acompañamiento ni aderezos y se consumen fríos.
Galettes Campinoises (Bélgica). Estos waffles, se caracterizan por su textura bien crujiente y firme pero al ser consumidos se desmenuzan muy fácilmente en la boca. Esta versión es muy popular en el territorio belga y se acompañan a gusto según sea la preferencia del comensal ya que admiten todo tipo de ingredientes: frutas, salsas, mermeladas, helado y frutos secos.