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26-04-2025 Vol 19

El olivo centenario, el aceite de oliva y una historia de sabor y tradición. 

El olivo centenario, tal como lo indica su nombre, es un árbol que ha pasado más de 100 años echando raíces en lo profundo de la tierra. De aspecto delicado pero poseedor de una corteza áspera y ramas imbricadas , es un árbol de características únicas y cargado de un simbolismo donde se unen el respeto y la distinción.

Aunque la creencia popular afirma que fueron los romanos quiénes introdujeron el olivo en la Península Ibérica, lo cierto, es que los registros históricos indican que fueron los fenicios. Este pueblo semita cananeo originario de la región que ocupa el actual Mar de Omán, emigró por el año 2900 a. C., hasta las orillas del mar Mediterráneo. En el camino, se cree fue diseminado esta planta por allí donde pasaba: la Península Helénica y las islas griegas.

El tiempo pasó y no fue hasta el año 1050 A.C cuando el olivo hizo su entrada triunfal en la Península Ibérica para cambiar el sabor de las comidas para siempre. Los griegos, que por entonces, ya consideraban al aceite de oliva como oro verde, lo transportaban de un sitio a otro en odres de piel y en ánforas de cerámica y así entró en la Península. 

Sin embargo, fueron los romanos quienes tuvieron un gran protagonismo en la implantación de este árbol de tiempos milenarios en Hispania. Pues fueron ellos los que, luego de su arribo en el año 218 a.C fueron extendiendo el árbol del olivo por toda la Península Ibérica y a iniciar , poco a poco el comercio de su aceite. De hecho, Hispania con el tiempo, se convirtió en uno de los principales países exportadores del preciado aceite de oliva. Desde entonces, el olivo permanece en estas tierras y ha logrado sobrevivir miles y miles de años.

El Olivo Centenario

Del olivo centenario, lo que destaca a primera vista es su enorme tamaño que le da un porte robusto que inspira respeto y admiración. Su tronco, de hecho, puede superar los 7 metros de grosor ( diámetro) , y su corteza, producto de las inclemencias del tiempo, presenta un aspecto áspero y rugoso al tacto.

Su copa es exuberante, y se abre en un abanico de hojas y ramas que  puede alcanzar los 30 metros en su perímetro, mientras que su altura, puede llegar hasta los 2 metros y medio. Sus ramas son en sí mismas,  un espectáculo único de arte natural dado que en su batalla centenaria por la luz, han diseñado figuras asombrosas y verdaderamente  abstractas.

Mientras que su tronco, por el paso del tiempo,  presenta una serie de ahuecamientos que terminan por convertirlo en el refugio perfecto para numerosas especies de animales autóctonos que conviven bajo su sombra en perfecta armonía. 

El simbolismo del Olivo Centenario 

En la costa que bordea  todo el Mar Mediterráneo, el olivo centenario representa la paz, la armonía, el honor ,la  abundancia y la purificación. Por su  fuerza estructural y su resistencia a los embates de la naturaleza y del tiempo, este árbol se ha convertido en símbolo de la sabiduría. Por ello, ya desde  la Antigüedad, se tenía por costumbre consumir su aceite dado que circulaba  la creencia de que consumir aceite de oliva aportaba al hombre propiedades que le permitían desarrollar una  fuerza y juventud eternas.

Desde siempre, allí donde hay un árbol de olivo se considera tierra bendecida y dado que luego del diluvio, Noé soltó una paloma y ésta regresó con una rama de olivo en el pico como símbolo de paz entre Dios y los hombres. También para el cristianismo son signo de victoria dado que la multitud levantó ramas de olivo cuando Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén el domingo de ramos. También, ya en la antigua Grecia, el olivo era signo de victoria dado que al vencedor en las Olimpiadas se lo coronaba con una corona confeccionada con ramas de olivo. 

Un poco más atrás en la línea de la historia,  en el Egipto de los tiempos de Tutankamon, existía la  creencia que relaciona al árbol de olivo con la inmortalidad. Prueba de ello, son las coronas  que dejaron grabadas en sus jeroglíficos de las tumbas donde se ven ramas de olivo acompañando el viaje del difunto hacia la vida en el más allá.

El destino de los Olivos Centenarios

Cuando una plantación de olivares alcanza o supera los 200 años, generalmente,  se pueden tomar dos caminos . Se puede optar , en primera medida, por la elaboración de un Aceite de Oliva  de calidad superior (por proceder de olivos centenarios) . Una elección que implica una reinversión para adaptar las técnicas mecanizadas y poder ingresar en un mercado de aceite selecto. Como segunda alternativa, se pueden extraer los olivos para que sean tratados por un vivero especializado  que pueda tratarlos y cuidarlos por al menos un lapso de dos años,  en el transcurso de los cuales se les da forma y una estética de carácter exclusivamente  ornamental para luego comercializarlos como un tipo de árbol selecto para cumplir fines  decorativos. 

Una opción que dejará muy buena renta dado que es un producto muy requerido por algunos decoradores muy refinados que logran hacer del olivo, el centro de atención de un lugar o recinto dándole  un carácter y atmósfera especial al lugar, que solo un olivo centenario puede lograr. 

Guillermo Garat

<strong>Guillermo Garat</strong> es un destacado especialista y emprendedor en el sector gastronómico. Desde 2001, ha fundado varias empresas alimenticias, enfocándose en la calidad y la innovación. Su experiencia abarca la creación de consultoras y encuestadoras, siempre con un enfoque en la industria alimentaria. Estudió Economía en la Universidad Católica Argentina (UCA), lo que le ha permitido aplicar un enfoque analítico y estratégico a sus emprendimientos gastronómicos. Además, es un apasionado del arte latinoamericano.