Explorar el universo propio de sabores que ofrece la comida callejera coreana es un desafío para los sentidos. Comer con las manos y buscar las mejores propuestas de esta exótica cocina al aire libre, es toda una gran experiencia para disfrutar en todo su esplendor.
Corea sorprende por su vibrante universo cultural: un país en donde abundan los espacios verdes, amplias zonas de parques y plazas , museos y restaurantes. Sin embargo, para sumergirse en su interior, hay que hacerlo desde el paladar. Por eso, una opción que nos acerca a la verdadera identidad gastronómica coreana es su comida calleja.
El lado B de la cocina coreana se encuentra en sus calles: un universo de contrastes y matices evidentes con las propuestas más elegantes y sofisticadas de sus hoteles y restaurantes de lujo. Sin embargo, éste es quizás, gastronómicamente hablando,su lado más auténtico, en donde se esconden sus raíces y tradiciones culinarias más ancestrales. En estos espacios florecen los colores, aromas y sabores haciendo una verdadera experiencia para los sentidos. Por eso, hoy te invitamos a recorrer un mercado local y sus coloridos puestos y también : ¡A comer con las manos!
Comida callejera coreana: los clásicos para exaltar
El Mung Bean Pancake: Se trata de un exquisito panqueque de porotos verdes o chauchas. Este es un plato típico que se cocina en todos los hogares de Corea del Sur. También es conocido como Bindaetteok y, si bien lo más común es que se rellenen con cerdo especiado y verduras ,la variedad y combinación de sabores lo aporta la imaginación de quien cocina. La premisa es que no se debe alterar su ingrediente principal que son las chauchas o judías mung secas y bien molidas.
El panqueque Mung Bean que me han preparado para degustar huele muy rico. La carne de cerdo está bien troceada y se derrite al paladar. Las verduras locales están mixturadas con especies y ajo apenas salteado. La masa es suave y liviana,con la textura ideal para envolver este manjar. Esta delicia se puede encontrar en la Dongdaemun Food Street, un mercado callejero que nunca duerme. En esta calle , las cocinas se improvisan con elementos simples como grandes tambores de lata y rejillas resistentes para cocinar a las brasas. El encanto de los aromas se funde en el ambiente con el sonido del leve crujir del aceite que contienen las grandes cacerolas donde van a parar muchos de los manjares que aquí se preparan para recibir su cocción final. El mercado es colorido, bullicioso e invita a continuar con la experiencia de las degustaciones.
En esta misma calle también probamos el Baked Baffle en su stand, donde se lo anuncia con luminaria de cine como plato único. El baffle es un plato típico de la cocina coreana que consiste en una simple tortita cocinada con un relleno a base de col, carne, huevo y si uno lo pide, le agregan bacon. La mujer que atiende el local, vuelca los ingredientes en una plancha bien caliente y una columna de aromas comienza a subir por el aire. La mezcla lleva aceite y se saltea a gusto del comensal. Realmente, asombra la pulcritud que tienen en estos sitios al aire libre para elaborar cada plato. Las verduras se ven frescas y las carnes óptimas, además atienden con una sonrisa y muy amablemente. El baffle se sirve con diferentes salsas y para tomar regalan yogures bebibles.
El Tteeokbokki o pasta hecha de arroz glutinoso
El Tteeokbokki es un clásico de la comida callejera coreana que tiene mucha salida en el invierno. Los ingredientes son simples: es una pasta tradicional hecha de arroz glutinoso, un tipo de arroz cuya particularidad es que se vuelve muy pegajoso luego de cocido, conocida como pastel de arroz (garaettok). En general, el sabor que presenta este plato es ambiguo: se siente dulce y salado a la vez y para los paladares occidentales, puede parecer algo picante aunque esto no sea percibido como tal para los coreanos . Realmente es un plato bastante picante y hay que advertir que se necesita un buen nivel de tolerancia al picante para poder disfrutarlo, sino , no lo intente siquiera ya que su boca podría, literalmente, arder.
Brochettes de Odeng
Sin dudas, este fue mi bocado favorito. Las brochetas de pescado frito con toques de limón llamadas Odeng, se sirven pinchadas en un palito de madera con verduras hervidas y previamente mojadas en un caldo de pescado. El olor es sublime y todo un espectáculo ver cómo los pequeños trozos de pescado se van friendo en un gran tambor de aceite. De allí los sacan, los ponen en papel para que se absorba el excedente de aceite y los pinchan de a uno,intercalando las verduras cocidas. Una vez que se prueba el primero, no se puede para hasta terminar el último. El palillo trae seis unidades y otras tantas de verduras. Se puede acompañar con una salsa de queso y es verdaderamente delicioso. Los surcoreanos (sobre todo los estudiantes) lo comen con mucho afán en Busan, la gran ciudad puerto de Corea del Sur.