La Carnicería, el restaurante del Grupo Támesis que bate récords de concurrencia.

La dupla empresarial del Grupo Támesis, conformada por los chefs Germán Sitzs y Pedro Peña comenzó como empiezan las grandes historias que marcan a fuego los grandes sueños: un poco por azar y mucho , gracias al trabajo arduo, la pasión y el empuje. Hoy, desandamos los primeros pasos de la revolución del sabor que copó la calle Thames, en el corazón del barrio de Palermo. 

Existen muchas casualidades en la historia de Germán Sitz y Pedro Peña , lo que es lo mismo que decir : en la historia del Grupo Támesis, el hoy devenido imperio gastronómico que transformó la historia de la calle Thames, aportando al momento, seis locales basados en la carne argentina como producto y trampolín del éxito. 

En el largo camino que han recorrido Germán y Pedro hay tantas coincidencias, que tal vez, sea más apropiado llamarlas causalidades o sincronía universal , por llevar la idea más al plano de lo místico. Porque lo cierto, a juzgar por cómo se fueron desarrollando los hechos, para que Germán Sitz y Pedro Peña se conocieran y se juntaran para dar vida a su exitosa dupla creativa, no cabe dudas que hubo un misterioso hilo invisible hilvanando los acontecimientos. 

Todo se inició cuando Germán Sitz, oriundo de Rivera, un pueblo de fuertes raíces ruso-judías de la provincia Buenos Aires casi al límite con La Pampa, fue convocado para trabajar en el restaurante Tipula , propiedad del reconocido chef Hernán Gipponi, ubicado en Vicente López. Allí fue donde la historia comenzó a girar y a gestar una nueva dirección en la vida de ambos que, sin saberlo, iniciarían la historia de una revolución en la gastronomía porteña cuyo fuerte está basado en la carne argentina como producto diferencial.

El primer paso de la dupla Sitz-Peña , de muchos más…

La primera puntada del hilo invisible que lo acercaría a Pedro Peña fue un acontecimiento poco feliz, decididamente negativo. Germán no consiguió el pasaje a tiempo para presentarse a la entrevista laboral en Tipula y llegó un día más tarde. La demora, resultó que su puesto se lo otorgaran a Pedro. Por fortuna, había otra posición más a cubrir, y ahí, lo sumaron directo al equipo. Las ganas de aprender y el entusiasmo inicial se transformaron para ambos en un día a día de largas horas de convivencia, entre el ir y venir de una cocina ajetreada. En ese frenesí de fuegos y ollas, pero sobre todo en las pausas , enseguida se forjó una amistad inquebrantable. 

De hecho, el suyo siempre fue un vínculo basado en la absoluta confianza: cuando, luego de un año de trabajo, a Pedro le ofrecieron un nuevo puesto en Nueva York, le pidió a su amigo Germán una suma en dólares para poder afrontar el viaje. Su amigo no lo dudó y atajó las consecuencias con una frase premonitoria: “ nosotros vamos a hacer un restaurante juntos algún día” le dijo con una sonrisa en el rostro, así que si no me devolves la plata, me va a salir mucho más barato el haberte conocido”, le espetó. 

El viaje al exterior, por obra del destino, se truncó .Pasó el tiempo, y mucha agua bajo el puente de las vidas laborales de ambos y poco a poco, en cada uno, fue creciendo ese deseo de tener un desarrollo gastronómico propio. Una charla en uno de esos cruces que hace posible la escena gastronómica, descubrieron que ambos estaban en la misma búsqueda de abrir su propio espacio. Ahí aunaron esfuerzos e ideas y nació La Carnicería, una parrilla con mucho de la mejor carne y otro tanto de los saberes de autor. “Quisimos crear una cocina que reflejara los sabores bien argentinos a través del fuego, algo de línea tradicional pero con gran originalidad en lo visual, en los detalles,en todos y cada uno de los cortes que el restaurante son cocinados con las técnicas de asado que se hacen en el campo”, cuenta Germán Sitzs. 

Los pioneros del asado de la calle Thames

Aunque tenían el concepto bien claro de lo que querían hacer en materia de parrilla, tardaron en encontrar el lugar adecuado en dónde hacer realidad el proyecto. Corría el año 2014 y, el primer lugar que atrapó su atención, fue un espacio en la calle Thames al 2300. Allí estaba apostada una parrilla – sin mucho brillo- que había cerrado. Germán, que vivía a media cuadra del lugar , tuvo la corazonada de que la zona y el local podrían funcionar. Pero la dueña no podía alquilarlo porque tenía un conflicto previo con el inquilino anterior. Así que, nuevamente, buscaron y buscaron hasta que encontraron un nuevo local y dieron la seña. Pero otra vez , el hilo del destino les dió una puntada atravesada: al tiempo los llamaron para decirles que el dueño no daba permiso para poner una parrilla en ese espacio que estaba en Villa Crespo, una zona que estaba despuntado y podía ser la correcta. 

Cansados y frustrados de tantas negativas y reveses, los amigos decidieron hacer una pausa saludable. Germán recorrió Europa por unas semanas y, pasado ese tiempo regresó más tranquilo y con nuevas energías.Al llegar, tomó un taxi para lo de su novia (hoy su esposa) , pero se dio cuenta de que se había olvidado algo, y tuvo que retomar . En ese trayecto, pasó frente a un local con un gran cartel que “se alquila”, también “justo” sobre la calle Thames al 2300. Nunca llegó a lo de su novia, agarró el dinero de su depto y fue directo a la inmobiliaria a dejar la seña.

El instinto y el arrojo, más el último hilván del hilo del destino -a favor- para dar con el lugar donde hoy funciona La Carnicería, probaron para la dupla que al final, siempre las cosas salen mejor de lo que uno las planea. Hoy La Carnicería, es un éxito no solo entre los turistas que buscan el sabor de la auténtica carne argentina, sino sobre todo , entre el público local que disfruta de las combinaciones más audaces como los chinchulines con higos, zanahoria y bernejena o las mollejas marinadas en salsa de maíz con miel, yogur y ajo negro . El gusto por los sabores nuevos, la calidad de la carne y el boca a boca de la concurrencia hicieron el resto para coronar el boom del restaurante. Por ello, si llega el fin de semana y asoman las ganas de disfrutar del sabor del asado, el plan ya tiene dirección certera: Thames 2317, donde se encuentra La Parrilla. 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *