En la pequeña localidad de Molinos, Salta, se encuentra oculta entre los Valles Calchaquíes , la Bodega Tacuil. Un lugar muy especial donde a la propuesta de vinos de altura, se suman actividades que combinan gastronomía y turismo. La más reciente y novedosa es la “Tacuil&Friends”, una velada en la cual chefs de todo el país se dan cita para compartir recetas, experiencias y secretos de cocción entre fuegos bajo el cielo acogedor de los valles.
Bodega Tacuil tiene encanto. Ubicada a 2500 metros sobre el nivel del mar, regala un paisaje sinuoso de subidas y bajadas, y una casona de estilo colonial con vistas increíbles a los viñedos. Además del color propio del paisaje local salteño, se suma aquí , la cultura y la tradición viva del norte argentino con la presencia del típico horno de barro del que salen empanadas fritas o carnes a las que se acompaña , obligadamente, con buenos vinos. La escena se repetirá varias veces en el transcurso de la jornada, ya sea en el marco del sol intenso del mediodía , la tranquilidad del atardecer o la calma de la noche y sus estrellas . De fondo siempre pueden sorprender las guitarras ,que inesperadas llegan sin avisar .
Una bodega con historia
La historia de Bodega Tacuil, acompaña a la de la Argentina, en un carril paralelo e igualmente emocionante. La saga de la bodega empieza con Nicolás Severo de Isasmendi y Echalar, quien fue el último gobernador colonial en Salta y que, para entretenerse en sus ratos de ocio, fundó un pequeño emprendimiento familiar con la idea de obtener una producción de vinos a escala modesta para consumo propio. Pero, tiempo más tarde, cuando estalla la Revolución de Mayo, se da el arresto de Isasmendi en Salta, pero este negocia con el bando independentista su liberación bajo promesa y juramento de apartarse de la política. Entonces, salvado el pellejo, se dedica de lleno y con pasión a la producción vitivinícola que desemboca en la fundación de Colomé en 1831, la bodega más antigua del país.
En 1837, al morir Don Nicolás de Isasmendi, su hija, Ascensión, casada con José Benjamín Dávalos, heredó la propiedad y las tierras y siguió adelante con el emprendimiento vitivinícola fundado por su padre. De Europa fue trayendo cepas francesas de Malbec pre-filoxera, Tannat y Cabernet Sauvignon que hicieron posible en el tiempo, la obtención de nuevas variedades de vinos cuyo sabor se reveló excepcional dada las condiciones y aptitudes únicas de estas tierras de altura y así poco a poco, el negocio fue despuntando y los vinos , a cosechar éxitos.
“La nuestra es una familia con fama de poetas, de tomadores y de locos,- cuenta con una sonrisa el ingeniero agrónomo Raúl -Yeyé- Dávalos Rubio, quinta generación de bodegueros, quien asumió la dirección de la bodega en 1982. Su comentario hace alusión a la clara veta familiar que dotó a sus integrantes de una verdadera pasión y talento en lo musical, poético y pictórico. Entre sus miembros más destacados de este hilo artístico se encuentra su tío Jaime Dávalos, quien compuso junto a Eduardo Falú, alguno de los temas más queridos y celebrados de nuestro folklore.
Vientos de cambio
El tiempo pasó y la familia Dávalos manejó la Bodega Colomé hasta 2001, cuando llegaron los suizos Donald y Úrsula Hess, quienes se enamoraron del vino temperamental que se producía en este lugar y quisieron comprarla. “Los vinos temperamentales son aquellos que de una u otra forma se destacan por proceder de cepas más expresivas, variedades más fuertes, o porque el vino tuvo la consistencia y el cuerpo suficiente para absorber mucha madera y quedar equilibrado entre barrica y potencia corporal” explica Yeyé acerca de las propiedades cautivantes de los vinos de altura.
Lo cierto es que los Dávalo- Rubio cerraron la venta de la Bodega Colomé y más tarde construyeron una otra nueva. Hoy, el resultado es Tacuil, un enclave único apostado entre cinco valles con distintas y excepcionales alturas que se ubican entre los 2500 a 2700 msnm. Allí fueron apostadas las diferentes fincas que crían las diversas cepas y que , en la actualidad, siguen métodos de riego típicamente ancestrales. En total, el domino de Tacuil se extiende en 90.000 hectáreas de terroir extremo, 16 de las cuales están ocupadas con viñedos de bajo rendimiento y alta calidad donde nacen los vinos tintos y blancos temperamentales, tan únicos y especiales , que en el tiempo han ido conquistando por igual a los paladares locales e internacionales.
Vinos imperdibles para degustar en Bodega Tacuil
Con las líneas RD (Por Raúl Dávalo) , 33 de Dávalos y Viñas de Dávalos reconocidas en el mundo, Pancho Morelli , otro descendiente del clan bodeguero creó en 2003 un vino que homenajea a su tatarabuela. Un tinto de corte elegante, con taninos redondos y largo final, que lleva el nombre de una de las hacedoras de la bodega , Doña Ascensión .
Para tener una experiencia completa de la producción de Bodega Tacuil , aquí se pueden probar por 10 Euros, todas las variedades de vinos que se producen en el valle. El abanico, va desde distintas añadas de la línea RD conformadas por un Torrontés expresivo y un Sauvignon blanc de aromas complejos que recuerdan a arvejas y espárragos. Aquí, resulta inoperante buscarle un parecido al sabor de estos vinos que saben únicos y a sí mismos. La degustación traerá también una copa de un Cabernet Malbec que destaca por “combinar intensidad y frescura, a modo de síntesis de la producción de la finca”, según explica Francisco –Pancho– Morelli, sobrino de Raúl Dávalos (padre).
Francisco, además de ocuparse de la comercialización de los vinos, fue el creador de una iniciativa que pegó fuerte en el ambiente , conocida como “Tacuil & Friends”. Una propuesta que reúne a un puñado de renombrados chefs de toda la Argentina con la idea de compartir sus experiencias, fuegos y descorches . Esta reunión informal arrancó como un encuentro de amigos y luego tomó un giro hacia una propuesta abierta al público con chances de ir creciendo en convocatoria . El último convite logró hacer coincidir a tres cracks de la cocina argentina: Daniel Hansen (Flor del Pago, Jujuy) , Lisandro Ciarlotti (Lo de Tata, Mar del Plata) y a Marcelo El (Buri Omakase, Buenos Aires) .Por ello, visitar Bodegas Tacuil en el momento oportuno, puede brindar una experiencia completa entre gastronomía, turismo y encuentros sociales significativos. Para agendar y reservar.