Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Lamartine, Napoleón y Josefina fueron algunos de los comensales más famosos que disfrutaban asiduamente la gastronomía exquisita de su cocina. Considerado el “ gran restaurante” más antiguo de París, su secreto fue que cobijó a los grandes chefs que luego de la Revolución Francesa quedaron sin empleo. Así fue como la cocina de la realeza se extendió a las nuevas élites y luego al mundo.
Victor Hugo, el gran escritor francés, si hoy día recorriera su amada París, todavía podría reconocer al que fuera su restaurante favorito: Le Grand Véfour . Este restaurante que cuenta con dos estrellas Michelin, fue inaugurado en las arcadas del Palais Royal en 1784 , sobrevivió a la Revolución Francesa y se conserva casi igual que en aquellos primeros tiempos: distinguido, sofisticado y con un menú a la altura de la realeza .
Le Grand Véfour , el primer gran restaurante de París, ha tenido entre sus comensales al mismísimo Napoleón Bonaparte que en este lugar, según cuenta la tradición, le propuso matrimonio a quien se convertiría más tarde en su esposa: Josefina. Aquí, cada silla considerada “célebre” por haber acogido a algún comensal distinguido, lleva una placa homenaje y por ello, se podría afirmar que el lugar es también un museo muy particular.
Los comienzos
En 1784 Antoine Aubertot comenzó a regentear el lugar con el nombre de Café de Chartres y en 1820 , fue comprado por Jean Véfour quien poco a poco fue delineando un estilo de propuesta gastronómica única : la mejor de París . El secreto para conseguirlo, como de hecho lo hizo, se debió a que contaba con los mejores chefs de Francia que al momento de estallar la Revolución Francesa se quedaron sin empleo en las cortes . De este modo, el arte de la cocina palaciega, su secretos y delicias comenzaron a circular fuera del circuito del Palacio Real, en lugares distinguidos y de categoría como es el caso de Le Grand Vefour.
Luego el tiempo y la calidad de la propuesta gastronómica , hicieron que el Le Grand Véfour fuera tomando vuelo propio . En la lista de clientes frecuentes de los dos últimos siglos se encuentran la mayoría de las personalidades más destacadas del mundo de la cultura y la política francesas : Honoré de Balzac, Jean Cocteau , Colette y André Malraux además de Le Tout-Paris – o la aristocracia parisina más distinguida de aquella época.
El salón “real”
El salón principal ofrece vistas inigualables a los jardines del Palais-Royal y en él, se destacan los grandes espejos grabados y exquisitamente adornados, una decoración que encandila en la vastedad de sus detalles dorados y en los delicados paneles pintados a mano.
De hecho, al ingresar, el restaurante ofrece la experiencia de transportar al visitante 200 años atrás en la historia. Aquí, cada detalle cuenta como es el caso de su entrada que está adornada con delicados paneles que fueron tallados con guirnaldas al estilo Luis XVI. En las paredes, los espejos comparten de modo armónico el espacio con cuadros de época protegidos por vidrio. En ellos, se pueden ver motivos con inspiración en los frescos pompeyanos -muy apreciados durante el Imperio Napoleónico- con temas que buscan despertar en los comensales los sentidos para el disfrute de la buena comida : temas decorativos de caza, peces y mujeres con cestas de flores, que envuelven con un matiz festivo la propuesta gastronómica del lugar.
Por otro lado, el techo es en sí mismo una verdadera fiesta de ornamentos: rosas y guirnaldas de estuco enmarcan conjuntos alegóricos de figuras femeninas , pintadas como los techos italianos del siglo XVIII. Por todos estos detalles únicos que conforman la exquisita decoración del salón principal,el Le Grand Véfour es considerado uno de los restaurantes más bellos de París.
Una propuesta gastronómica galardonada con 2 estrellas Michelin
En el opulento entorno, el menú actual del chef Guy Martin, lleva un aire contemporáneo que combina platos tradicionales con toques de sofisticación y sensualidad. Luego de permanecer casi una década como restaurante de 3 estrellas Michelin, Le Grand Véfour perdió una de ellas en el 2008. Sin embargo, esto no modificó la línea de su cocina. El esfuerzo es el mismo de siempre, dicen aquí y lo importante es que el comensal pueda disfrutar de una experiencia integral que combina la buena cocina, el arte y la distinción de un entorno único.
Hoy, se pueden disfrutar en Le Grand Véfour los platos clásicos del chef Martin que presentan 3 opciones : unos raviolis de foie gras con salsa suave de crema de trufa, una delicia suave e intensa. También está el plato llamado aquí, Paloma Príncipe Rainiero III , que presenta un pichón deshuesado relleno de foie gras, ternera y trufa negra o el parmentier de queue de boeuf aux truffes o pastel de pastor, en una interpretación más opulenta que lleva carne de rabo de toro y puré de batatas con trufa.
De postre , los imperdibles son el pastel de avellanas y el de chocolate con leche, ambos, pueden servirse con helado de flan caramelo y sal marina de Guérande. Y voilá!